El disco que escuché más veces en mi vida, en todos sus formatos físicos, en cualquier calidad disponible.
The Wall, aunque cuando se editó yo ni sabía que existía Pink Floyd, mi voracidad por la música me llevó a descubrirlos un par de años más tarde en casa de un conocido, un par de temas, pero en realidad me llamó la atención la portada del LP.
Luego vi un video de "Another brick in the wall" y ya no pude sacarme de la cabeza a The Wall, primero me grabaron en un cassette las tres partes de "Another brick..." y "Run like hell", mientras devoraba revistas Pelo buscando información, historias, cositas, cualquier nota, llega a mis manos el LP doble, descubro una música que me lleva, llena de climas, oscuridad y fuerza.
Es una ópera rock o un album conceptual, o las dos cosas, a tal punto que la puesta en escena en su momento demandó un gran esfuerzo de producción que terminó en unas pocas presentaciones, ya que no había medios para llevar a cabo la idea de Roger Waters.
La banda no estaba en su mejor momento de unidad, Wright había abandonado antes de grabar y es contratado para la gira del disco, Mason estaba más preocupado por su disco solista y descreía del proyecto de Waters.
Para colmo por cuestiones impositivas lo que queda de la banda y los productores deben emigrar a Suiza, lo que retrasa los planes y da curso a muchas historias sobre grabaciones furtivas y de contrabando a los coros, etc.
Para este disco que salió casi todo de la cabeza de Roger Waters, con la colaboración de David Guilmour y Bob Ezrin (que ya había trabajado con Lou Reed, Alice Cooper y KISS), la banda necesitó además de The New York Orchestra, New York Opera, Jeff Porcaro en batería, James Guthrie (Colaborador de Alan Parsons, quien tocaría teclados, batería y aportaría en la producción) y otra docena de músico extras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario